miércoles

Policía obligo a mujer a sentarse en su auto a pleno sol para que sintiera lo mismo que su perro

¿Te imaginas encerrado dentro de un coche a 40 grados?
Al parecer, este oficial si. Y como puede imaginárselo, no está nada contento con el hecho de que una mujer lo haga con su mascota. Todo comenzó cuando una mujer aparcó su coche en un local Walmart en Strongsville. No andaba de ánimos para pasear al perrito, por lo que prefirió dejarlo al interior del Nissan Sentra. Todo bien, salvo que hacía muchísimo calor y este oficial de policía decidió encararla, pasarle una multa y, según cuenta la mujer, hacerla esperar dentro del caluroso vehículo:


¿Qué versión es la verdadera? No podemos saberlo a ciencia cierta: sí sabemos que la mujer recibió una multa por agresión animal, y que el policía, una demanda por presunto trato abusivo.
fuente:http://www.upsocl.com/comunidad/policia-la-obligo-a-sentarse-en-un-carro-a-pleno-sol-para-que-sintiera-lo-mismo-que-su-perro/
¿Tú que piensas al respecto?, 
De antemano sabemos que lo que ella hizo fue incorrecto, dejar a un pobre animalito es igual de cruel que dejar a un niño y quiza a cualquier adulto encerrado en un vehiculo sin ventilación y con tantisimo calor..

Ella merecia ese castigo?, en mi opinión si, quiza , con un poco de suerte , aprendio la lección y no volvera a ser una desconsiderada.


sábado

Esta perrita le alegra la vida a todo un hogar de ancianos(hermoso)

Los residentes del hogar de ancianos están seguros de que esta pequeña cachorra viene desde el cielo.

¡Estoy completamente de acuerdo después de verla en acción!
Les presento a Nala, un poodle en miniatura que trabaja en un hogar de ancianos. Sus rondas diarias alegran a todos los residentes. Nala decide su propio horario donde elige cuándo y a quién visitar. Todos la adoran en el lugar porque aprecian su terapia canina. Te recomiendo ver este hermoso video:


Los perros de terapia son increíblemente valiosos para la felicidad de las personas. La zooterapia puede reducir significativamente el dolor, ansiedad, depresión y fatiga en las personas que tienen muchos problemas de salud. Y no es solamente la persona enferma quien recibe los beneficios, si no que que los familiares y amigos que presencian estas visitas, también se sienten mejor.

Esperamos que cada día más gente se de cuenta del cambio tan hermoso que puede traer a sus vidas una criaturita de estas..

fuente:http://www.upsocl.com/comunidad/los-residentes-del-hogar-de-ancianos-estan-seguros-de-que-esta-pequena-cachorra-viene-desde-el-cielo/

viernes

¡Dejó a su mujer por otra más joven y recibió la lección de su vida!

Durante un programa de radio sobre casos de la vida real, transmitido por una emisora comunitaria en el sur-centro de Wisconsin, Estados Unidos, el hijo de inmigrantes mexicanos Anthony García relató una historia que hizo estallar las líneas telefónicas de la cabina de transmisión.
Sin embargo, la producción del programa decidió no sacar las llamadas al aire pues, aunque Anthony estaba contando una tragedia personal; la gran mayoría de las llamadas fueron hechas por mujeres que (si bien no se alegraban por su dolor) celebraban que hubiera aprendido la lección, aunque haya sido demasiado tarde.


Esta es su historia:
Mi nombre es Anthony García y llegué a esta ciudad después que mis padres se mudaron de California gracias a una oportunidad de trabajo. En Green Bay conocí, hace ya casi 20 años, a Madeleine, mi primera esposa.
Vaya que me costó mucho trabajo conquistarla! La recuerdo cuando tenía 25 años y, como si fuera ayer, puedo verla: bellísima, inteligente, conversadora y siempre con una sonrisa a flor de labios.
Me esforcé mucho por demostrarle que yo era un hombre que valía la pena y uno de los días más felices de mi vida fue cuando aceptó ser mi novia.
Yo era contratista del sector de la construcción a pequeña escala y Madeleine siempre me apoyó en mi trabajo. Incluso dejó sus estudios de enfermería por comenzar a trabajar como mi asistente y como era tan conversadora y bien relacionada, fue de mucha ayuda para conseguir algunos buenos contratos.
Al cabo de unos años comenzamos a vivir juntos y aunque ella hacía grandes esfuerzos por mantener vivo el romance en nuestra relación, yo comencé a enfocarme mucho en el trabajo y a descuidar incluso nuestras conversaciones y esos momentos en los que debí haber estado más pendiente de ella que de la computadora.
Como los años no pasan en vano ambos fuimos envejeciendo y, de la belleza de la juventud, quedaban algunos rasgos pero, como es lógico, no iba a permanecer intacta.
A sus 40 años de edad Madeleine lucía apagada y triste, como cansada. Yo se lo atribuía a esos 10 o 12 kilos de más que había ganado con el tiempo, que probablemente eran la razón por la que a veces me parecía que estaba de mal humor.
Un día Madeleine me dijo que quería retomar sus estudios de enfermería y, aunque me parecía que ya estaba algo vieja para eso, le dije que se tomara el tiempo necesario para hacer lo que quisiera. Yo contrataría una asistente y problema resuelto.
Pocos días después llegó Sarah a nuestras vidas. El día que la entrevisté para el puesto de asistente quedé impactado. A sus 30 años era bella y pícara. Sonreía como lo hacía Madeleine cuando la conocí y la manera como me miraba me hacía sentir perturbado.
Para hacer el cuento corto, después de varias infidelidades y discusiones en casa me separé de Madeleine (con quien por cierto nunca me casé legalmente) y me casé con Sarah. En ese momento sentía que no podía estar más feliz. Tenía a mi lado una mujer sumamente bella y provocativa (por lo que mis amigos me envidiaban) y una situación económica buena y estable, gracias al prestigio que mi negocio había ganado.
Durante casi cinco años no supe nada de Madeleine. La verdad no me importaba saber qué había hecho con su vida, especialmente porque no tuvimos hijos y yo estaba muy ocupado viajando y disfrutando ese “caramelito sexy” que tenía en mi cama todas las noches.
Hace seis meses, mientras iba rumbo a buscar a Sarah a la fiesta de cumpleaños de una de sus amigas, sufrí un terrible accidente de tránsito. Una pareja de jóvenes que había tomado muchas cervezas de más en esa misma fiesta, me embistió con su camioneta en un cruce pocas cuadras antes de llegar.
El impacto fue tan fuerte que mi automóvil salió disparado casi tres metros y, tras chocar contra un poste de electricidad, perdí mi pierna y brazo izquierdos. Estuve inconsciente durante un mes. Cuando reaccioné lo primero que hice fue preguntar por mi esposa, quien aparentemente estuvo a mi lado durante una semana pero luego no regresó por el hospital.
Esa misma noche, mientras me encontraba somnoliento por la gran cantidad de calmantes, escuché una voz que me confortó. ¡Ella había regresado! Esa voz tan cercana, cálida, familiar, que me hacía sentir protegido y amado solo podía ser la de mi bella Sarah, a quien seguramente alguien le habría informado de mi recuperación.
Cuando logré incorporarme y tomar conciencia de quien estaba realmente en mi habitación, me llevé una gran sorpresa. Allí estaba frente a mí, con unos ojos que no podían ocultar su felicidad por ver mi mejoría, la misma Madeleine que sin ningún remordimiento había corrido de mi casa hacía ya tanto tiempo.
Durante mi estado más crítico y los dos meses y medio más que tuve que permanecer en el hospital, fue la enfermera a mi cuidado. Una tarde que se veía particularmente contenta se despidió temprano de mí. La vi soltar su cabello ya canoso y sacudirse la blusa que llevaba bajo la bata médica. “Hoy debo marcharme temprano, así que te dejaré a cargo de mi compañera Nathaly”, me dijo.
Cuando le pregunté por qué me abandonaría ese día, en el que particularmente sentía más agudo el dolor de mis miembros fantasmas y absolutamente nadie parecía haber recordado mi cumpleaños número 58, me dijo unas palabras que jamás olvidaré:
“Durante más de tres meses he cuidado de ti. He lavado tus heridas, te he dado de comer. Hasta me he encargado de tu aseo personal, te he afeitado, cepillado y asistido cuando debes ir al baño. Exactamente como lo hubiera hecho si nunca me hubieras dejado por una jovencita, que probablemente no esté aquí porque le de asco tener que limpiarte el trasero como yo he tenido que hacerlo. Pero hoy estoy cumpliendo un año de matrimonio con un hombre que sí valora lo que tiene y mi relación contigo, más allá del pasado que compartimos, hoy es estrictamente laboral… Y el trabajo, como bien debes recordarlo, nunca fue para mí más importante que el amor. Buenas noches”.
fuente: 
http://www.leanoticias.com/2013/07/16/dejo-a-su-mujer-por-otra-mas-joven-y-recibio-la-leccion-de-su-vida/

miércoles

A quien sea que adopte a mi perro.


Esta historia que van a leer a continuación surgió en 2008 cuando empezó a rodar por Internet enterneciendo a todos los que la leían. Según algunos sitios que se tomaron la enorme molestia de investigar si es verdad o no, no hay como probar qué sí o qué no pasó, así que es cierta si tú quieres que lo sea.
Cualquiera que sea la verdad, la historia es increíble y vale la pena compartirla.
Esta es la historia de una persona que adoptó a un labrador negro llamado Reggie de un albergue local. A continuación está la traducción de la historia tal cual y como se hizo famosa. Es larga, pero te aseguramos que te va a gustar mucho. 
____
Me dijeron que el nombre del gran labrador negro era Reggie mientras lo miré acostado en su jaula. El albergue estaba limpio, con una política de no dormir a los animales y el personal era muy amigable. Yo sólo había estado en el área por seis meses pero a donde sea que iba en el pequeño pueblo universitario, toda la gente era abierta y me hacían sentir bienvenido. Todos te saludan cuando vas por la calle.
Pero sentía que algo me faltaba en mis intentos de establecer mi nueva vida aquí y pensé que un perro seguro no me iba a hacer daño. Me daría alguien con quien hablar. Acababa de ver el anuncio de Reggie en las noticias locales. El albergue dijo que habían recibido varias llamadas justo después de que salió, pero que toda la gente que lo había ido a ver no eran “personas de labrador” (Lab people), lo que sea que eso signifique. Debieron haber pensado que yo sí.
Al principio, pensé que el albergue me había juzgado mal al darme a Reggie con todo y sus cosas, que eran una camita, una bolsa de juguetes de los cuales casi todos eran pelotas nuevas de tenis, sus platos y una carta cerrada del dueño anterior. Bueno, Reggie y yo no hicimos mucho clic cuando llegamos a casa. Después de dos semanas seguíamos teniendo muchos conflictos (dos semanas es el tiempo que el albergue me dijo que tomaría adaptarnos). Tal vez era que yo seguía tratando de adaptarme también o tal vez era que nos parecíamos mucho.
Por alguna razón, sus cosas (excepto las pelotas de tenis, porque Reggie no iba a ningún lado sin dos de ellas en la boca) se quedaron olvidadas junto con todas mis cajas de cosas que aún no había desempacado. Me imaginé que no necesitaba nada de lo viejo y que más bien le compraría cosas nuevas una vez que nos adaptáramos bien, lo cual quedó muy claro desde el principio que no iba a pasar.
Traté de enseñarle los comandos básicos que el albergue me dijo que sabía como “siéntate”, “ven” y “junto” y los obedecía cuando quería. Nunca parecía escucharme si le hablaba por su nombre y sí, a la cuarta o quinta vez que lo decía me volteaba a ver pero inmediatamente se volteaba de nuevo y volvía a lo que estaba haciendo. Cuando le volvía a llamar, podía ver como suspiraba y sin ganas me obedecía.
Esto no iba a funcionar. Se comió un par de mis zapatos y de las cajas que aún no desempacaba. Yo era muy serio y duro con él y me podía dar cuenta que él lo resentía. Las fricciones llegaron a tal punto que yo ya no podía esperar a que se acabaran las dos semanas. Cuando acabaron, empecé a buscar mi celular desesperado entre todas mis cosas desempacadas. Me acordaba perfecto de haberlo dejado encima de unas cajas en el cuarto del cuarto de visitas, así que murmuré cínicamente que tal vez “el maldito perro me lo escondió”.
Finalmente lo encontré y antes de poder marcar el número del albergue, también encontré su cama y otros de los juguetes que me habían dado en el albergue. Aventé la cama a donde estaba Reggie, él la olió y movió la cola, esta es la primera vez que lo vi entusiasmado por algo desde que llegó a la casa. Así que le dije “Reggie, ¿esto te gustó? Ven y te doy un premio”. El perro volteó, me vio, suspiró malhumorado y se acostó dándome la espalda.
Bueno, eso no va a funcionar tampoco, pensé. Así que marqué al albergue.
Pero justo colgue cuando vi el sobre que no había abierto. Se me había olvidado por completo. “Okay, Reggie”, dije en voz alta, “vamos a ver si tu dueño anterior tiene algún consejo para mi”.
_____
A quien sea que adopte a mi perro:
Bueno, no puedo decir que estoy contento de que estés leyendo esto, la carta que le pedí al albergue que sólo le entregara al nuevo dueño de Reggie. Ni siquiera estoy contento de escribirla. Si estas leyendo esto significa que acabo de regresar del último paseo en coche con mi labrador para dejarlo en el albergue. Él sabía que este paseo era diferente. He empacado su cama y sus juguetes antes y siempre los pongo en el asiento de atrás, pero esta vez, es como si supiera que algo estaba mal. Y algo está mal… por eso tengo que ir y tratar de hacer que esté bien.
Así que deja que te cuente sobre mi labrador con la esperanza de que esto te ayude a crear un lazo con él.
Primero, ama las pelotas de tenis, entre más, mejor. A veces pienso que es parte ardilla por cómo le gusta guardarlas. Usualmente tiene dos en la boca y trata de meterse una tercera. No lo ha logrado aún. No importa a donde las avientes, irá por ellas, así que ten cuidado, no lo hagas cerca de calles. Yo cometí ese error una vez y casi le costó la vida.
Luego, los comandos. Tal vez la gente del albergue ya te lo dijo, pero te lo diré de nuevo. Reggie se sabe los obvios: “sentado”, “quieto” y “junto”. Sabe también señas con la mano, “atrás” para que voltee y se regrese cuando pones la mano estirada hacia arriba y “encima” cuando sacas la mano a derecha o a la izquierda. “Sacúdete” cuando quieres que sacuda el agua y “pata” para que te choque la mano. Hace también “abajo” pero sólo cuando tiene ganas de acostarse, supongo que tú podrás trabajar más este comando con él. Conoce las palabras “pelota”, “comida” y “hueso” como nadie más. Yo entrené a Reggie usando premios. Nada abre sus orejas como lo hacen los pedazos pequeños de hot dog.
Horarios de comida: dos veces al día, una alrededor de las 7 de la mañana y otra alrededor de las 6 de la tarde. Come comida regular que consigues en cualquier tienda de mascotas, los del albergue conocen la marca.
Tiene todas sus vacunas al día. Habla a la clínica de la Calle 9 y actualiza su información con la tuya; ellos se asegurarán de mandarte un recordatorio cuando le toquen de nuevo. Te aviso de antemano: Reggie odia el veterinario. Buena suerte subiéndolo al coche – aún no sé cómo sabe que vamos al veterinario, pero lo sabe-.
Finalmente, dale tiempo. Yo nunca he estado casado, así que hemos sido Reggie y yo por toda su vida. Ha ido a todos lados conmigo, así que incluye en tus paseos diarios en coche si te es posible. Se sienta bien en el asiento de atrás y no ladra ni se queja. Le encanta estar acompañado, en especial acompañado por mí. Esto significará que la transición será difícil para él, tener que vivir con alguien nuevo.
Y por eso tengo que compartir otro pedacito de información contigo…
Su nombre no es Reggie.
No sé por qué lo hice, pero cuando lo dejé en el albergue les dije que su nombre era Reggie. Es un perro inteligente, así que se acostumbrará y responderá a él, no me queda duda alguna. Pero no pude soportar darles su nombre real. Para mí, hacer eso, parecía como el final, que darlo al albergue era admitir que nunca lo volvería a ver. Y si termino volviendo, yendo por él y rompiendo esta carta, significa que todo está bien. Pero si alguien más la está leyendo, bueno… significa que su nuevo dueño merece saber su nombre de verdad. Esto te ayudará a crear un lazo con él. Quién sabe, tal vez hasta notes un cambio en su actitud si es que te ha estado dando problemas.
Su nombre verdadero es Tank (Tanque), porque eso es lo que manejo.
De nuevo, si estas leyendo esta carta y eres del rumbo, tal vez mi nombre ha salido en las noticias. Les dije a los del albergue que no podrían dar a Reggie en adopción hasta que recibieran un aviso del comandante de mi compañía. ¿Ves?, mis papás han muerto, no tengo hermanos, nadie con quién hubiera podido dejar a Tank… y esa fue mi única petición al Ejército antes de partir a Irak, que hablaran al albergue en el “evento”… para avisar que Reggie podía ser puesto en adopción. Por suerte, mi coronel es un amante de los perros y sabía a dónde iba mi pelotón. Dijo que lo haría personalmente. Y si estás leyendo esta, carta quiere decir que cumplió con su palabra.
Bueno, esta carta se está poniendo deprimente, aunque francamente, sólo la escribo por mi perro. No me puedo imaginar si la estuviera escribiendo por una esposa e hijos y para la familia. Sin embargo, Tank ha sido mi familia por los últimos seis años, casi lo mismo que el Ejército ha sido mi familia.
Ahora espero y rezo por que tú lo hagas parte de tu familia y que él se adapte y te quiera tanto como me quiso a mí.
Ese amor incondicional de un perro fue lo que me llevó a Irak, como una inspiración para hacer algo desinteresado, para proteger a gente inocente de aquellos que pueden hacer cosas terribles… y de mantener a aquellos que hacen cosas terribles sin poder llegar aquí. Si tengo que renunciar a Tank para hacerlo, lo hago con gusto. Es mi ejemplo de servicio y de amor. Espero haberlo honrado con mi servicio al país y a mis compañeros.
Bueno, es suficiente. Me voy esta tarde y tengo que pasar a dejar esta carta al albergue. No creo que vuelva a despedirme de Tank, ya lloré suficiente la primera vez. Tal vez me asome a verlo y ver si logró por fin meterse tres pelotas de tenis en el hocico.
Buena suerte con Tank. Dale un buen hogar y dale un beso extra de buenas noches – todas las noches – de mi parte.
Gracias,
Paul Mallory
______

Doblé la cara y la volví a meter en el sobre. Claro que había oído de Paul Mallory, todos en el pueblo sabían quién era, hasta la gente nueva como yo. Un joven del pueblo, que murió en Irak hace algunos meses y que después de muerto le entregaron la medalla Estrella de Plata (Silver Star) porque dio la vida para salvar a tres de sus compañeros. Las banderas habían estado a media asta todo el verano.
Me hice para adelante en la silla y recargue los codos en las rodillas mirando fijamente al perro.
“Hey, Tank”, le dije quedito. La cabeza del perro giró inmediatamente, las orejas levantadas y los ojos brillantes.
“Ven”. Inmediatamente se paró, sus uñas haciendo ruido en el piso de madera. Se sentó enfrente de mi, su cabeza inclinada, buscando por el nombre que hace meses que no escuchaba.
“Tank”, le susurré. Su cola se movía de un lado a otro.
Le seguí susurrando su nombre una y otra vez, cada vez que lo decía sus orejas bajaban, sus ojos se suavizaban y su postura se relajaba mientras un sentimiento de felicidad parecía llenarlo. Le acaricié las orejas, le di masaje en los hombros y enterré mi cabeza en su cara para abrazarlo.
“Ahora soy yo Tank, somos sólo tú y yo, tu dueño te entregó a mí”. Tank se acercó y me lamió el cachete.
“¿Quieres jugar pelota?”. Sus orejas se levantaron de nuevo.
“Sí, pelota, ¿te gusta la pelota?”. Tank se quitó de entre mis manos y desapareció en el otro cuarto.
Cuando regresó tenía tres pelotas de tenis en el hocico.
fuente:http://institutoperro.com/2015/quien-sea-que-adopte-mi-perro/

domingo

Faith el perro que aprendió a caminar erguido fallece esta semana.

Después de una vida inspirando a otros perros con discapacidades, Faith, el perro milagro que aprendió a caminar erguido sobre sus dos patas y al que Oprah Winfrey llevó a su programa, falleció esta semana rodeado de la gente que quería.
El famoso Faith nació sin una de sus patas delanteras y la otra se la tuvieron que amputar debido a una severa deformidad. A pesar de todo su espíritu de superación no dejó indiferente a nadie.
Faith se ganó el estatus de celebridad por su trabajo junto a soldados estadounidenses.
Su actitud positiva, incluso ante su discapacidad, hizo que le dieran varios premios y títulos.
Tristemente esta semana fallecío en compañía de su madre, Jude Stringfellow, y junto a un plato de queso que tanto le gustaba.
Descansa en paz hermoso angel!

fuente de texto: http://www.schnauzi.com/

lunes

“Buscando a Hagen”, pelicula que logró la adopción de 200 perros!!

Ciudad de México, 6 de abril .–
”Buscando a Hagen (White God)” es el nuevo filme húngaro dirigido por Kornél Mundruczó que fue ganador del Premio Cannes Una Cierta Mirada en 2014, donde además se estrenó.
La producción sostiene que durante el rodaje de la película ningún animal fue maltratado o herido y se contó con la supervisión de entidades competentes. Imagen: Especial.

La película retrata la íntima relación entre Hagen y su dueña, Lili, una adolescente que se ve forzada a vivir con su padre.

Sin embargo, la presencia de Hagen puede traerles problemas legales, por lo que el padre de la niña decide deshacerse de él, pero ella no se rinde por lo que se da a su búsqueda.
En historias paralelas, ambos logran sobrevivir en sus respectivos mundos, excepto que un escenario apocalíptico en el que los canes se sublevan contra los humanos represores, está por iniciar.
La historia se inspira en un capítulo de la novela “Desgracia” de J.M. Coetzee y así nació “Buscando a Hagen”. La realización de esta película requirió de 200 perros “actores” que fueron entrenados para el filme especialmente.

La producción sostiene que durante el rodaje de la película ningún animal
fue maltratado o herido y se contó con la supervisión de entidades competentes. 
Los animales eran todos de una perrera y fueron amaestrados durante cuatro meses para salir en la película de origen húngaro.
Además que se contó con la supervisión de autoridades competentes para garantizar el bienestar de los perros durante este rodaje.
La película es una producción húngara-alemana-sueca y tiene una duración de 119 minutos. En México fue estrenada a partir del 2 de abril y tendrá funciones en la Cineteca Nacional del Distrito Federal como parte de la 58 Muestra Internacional de Cine que se realiza cada año.
El rodaje con los perros se realizó únicamente durante cinco días y, de acuerdo con declaraciones del director, ningún animal fue lastimado durante el proceso de filmación e incluso realizaron un documental para mostrar cómo fue el trato a los canes.

Luego de realizar el rodaje de la película, el director dio a conocer que se inició un programa para poner a todos los canes en adopción y los 200 perros consiguieron un nuevo hogar.
Algunas escenas parecen impresionantes, ya que el director se encargó de organizar a los 200 perros para cada toma.
“Buscando a Hagen” es el quinto filme de Kornél y los dos perros que interpretaron a Body y Luke, ganaron el premio “Palma Perro” de Cannes, por su desempeño. Esta es la primera vez que un perro en un filme húngaro recibe este reconocimiento.
“Al trabajar con los perros, experimentamos cada día que los perros y los humanos comparten el mismo mundo. Trabajamos y luchamos todos por cada escena. Ellos a veces nos alentaban a trabajar con mucha más paciencia de la que hubiéramos deseado”

fuente: http://www.sinembargo.mx/06-04-2015/1300604

Por Estefania Camacho.

Nota: Según la información recabada este filme estara en la cineteca nacional en la ciudad de México hasta mañana martes 07 de abril 2015.. esperamos que por su aceptación en el pais puedan alargar el tiempo y poner más funciones.
Dirección: Eje 1 Pte. (Av. México-coyoacán) 389, Xoco, Benito Juárez, 03330 Ciudad de México, D.F